Anuncia la clausura de “40 días de alabanza y adoración”

iglesia de la Alabanza Ozama de Nuestro Señor Jesucristo anunció la clausura de su tradicional evento “40 Días de Adoración y Alabanza, levantando el Tabernáculo de David” el viernes 20 de este mes de julio en el parque del Este en el municipio Santo Domingo Este.

El pastor Jovanny Medrano explicó que por quinto año consecutivo la iglesia de la Alabanza (Ozama) de Nuestro Señor Jesucristo, ha venido realizando la actividad de adoración a Dios de manera interrumpida.

Medrano señaló que el acto de cierre de los 40 Días de Adoración será efectuado el viernes   20 julio, en el pabellón de balonmano del Parque del Este, en el municipio de Santo Domingo Este.

Declaró que la actividad, a iniciarse a las 7:00 de la noche, contará, entre otros atractivos, con un coro de 100 voces pertenecientes a las 40 iglesias participantes en el evento.

Precisó que además del coro de 100 voces habrá danzas, pantomimas y una obra de teatro a la cual podrán asistir todas las personas gratuitamente.

Resaltó que esta iniciativa de la Iglesia de la Alabanza Ozama, se lleva a cabo por 40 días, en la que participan iglesias cristianas de diversos lugares del país que adoran a Dios y predican su palabra, culminando, tradicionalmente, con un espectáculo donde se  alaba y da gracias a Dios.

“Esta actividad se realiza desde el año 2006, fecha en la que la iglesia decide provocar un cambio en cada uno de los miembros de la congregación”, enfatizó el pastor Jovanny Medrano (Sanford).

Aseguró que lo único que hace descender a Dios de su trono es la Alabanza y la Adoración es por eso que decidimos embarcarnos en ello”.

Se decide que la actividad tuviera una duración de 40 días porque en la Biblia el número del cambio es el 40, pues Jesús duró ese tiempo orando y ayunando para iniciar su Ministerio e Israel permaneció 40 años en el desierto para entrar a la tierra prometida.

Destacó que los 40 días de Adoración y Alabanza intentan cumplir

 con el anhelo de Dios de ver unida a su iglesia, para que “sean Uno, como Él y el Padre lo son”.